Por: Hugo Astudillo T.
“Guardo la convicción de que todos los pueblos son capaces de adquirir su madurez, así como la experiencia indispensable para el ejercicio de la libertad; mas es preciso que sientan que el camino hacia la libertad pasa por la cultura” (Paul Rivet)
A través de la historia, conocemos que los pueblos alcanzaron su desarrollo y crecimiento gracias al trabajo fructífero de su habitantes, particularmente de aquellos comprometidos con el progreso y cuyo ejemplo de vida debe transmitirse a las nuevas generaciones, para que haya una continuidad y fortalecimiento de los valores culturales, que dan identidad entre el pasado glorioso y un futuro prometedor.
Hoy en día en el contexto de la comunicación planetaria, existe el riesgo de una estandarización de la cultura, sin embargo, para existir, cada persona necesita dar testimonio de su vida diaria, expresar su capacidad creativa y preservar los trazos de su historia. Todo esto se logra a través del patrimonio cultural pues la importancia de éste, deriva fundamentalmente en contribuir a la formación y mantenimiento de la diversidad e identidad de un pueblo
El término patrimonio cultural es más fácil de asimilar toda vez que la idea de patrimonio la entendemos como lo que nos pertenece, teniendo claro esto, el pueblo siente la necesidad de proteger sus bienes culturales como un recurso para afianzar su identidad, es decir el pueblo debe apropiarse de su patrimonio, por eso, la verdadera conservación del patrimonio cultural se produce cuando los sigseños que conforman el pueblo, se acercan a él.
Hoy necesitamos que este espacio emblemático siga vivo y activo, respondiendo a los retos del nuevo siglo, pero también es necesario corregir lo abusos y maltratos al que lo hemos sometido. Es indispensable que el gobierno local defina un modelo único de ciudad, un proyecto de futuro, donde la cultura, el turismo y el patrimonio cultural estén integrados como parte fundamental, y por ende tener una política cultural propia donde se integren todos los sectores culturales. Estamos orgullosos del patrimonio que hemos heredado y sabemos que somos capaces de mantenerlo, restaurarlo y conservarlo. Recuperar los valores tangibles e intangibles de nuestro cantón, es un deber y obligación no solo del gobierno local, sino de un proceso colectivo de construcción ciudadana.
Solo a partir del reconocimiento de lo que fuimos, podremos apoyar un futuro que identifique a Sígsig con su paisaje cultural, su historia y su gente. Es importante considerar que el patrimonio no está sólo constituido por aquellos objetos del pasado que cuentan con un reconocimiento oficial, sino por todo aquello que nos remite a nuestra identidad. Debemos tener presente, además, que mucho de lo que ahora se crea y produce enriquecerá nuestro patrimonio en el futuro, por lo tanto, debemos prestar especial atención a la calidad y sentido de lo contemporáneo.
La búsqueda de la identidad a partir de nuestra propia herencia histórico-cultural nos ayudará a tener una autentica conciencia de lo que somos y a convivir mejor dentro y fuera de nuestro pueblo. Velar para que se respete, conserve y restaure es deber y compromiso de todos.
Recordemos que: los bienes patrimoniales valen por lo que son en sí mismo, y por la información asociada a ellos, cualquier bien del pasado pierde gran parte de su valor si desconocemos de donde procede, cuando fue realizado, o no sabemos que puede significar. Evocar nuestro patrimonio cultural tanto material como inmaterial puede ayudarnos a crear un sentido de lugar.
Si perdemos el legado cultural, es decir nuestra memoria colectiva, no solo perdemos nuestra identidad como cantón, sino que también perdemos nuestro futuro.
Los habitantes tenemos derecho al disfrute y mejoramiento del centro histórico, sitios arqueológicos, zonas naturales, etc. Queremos un cantón diferente que respete las identidades culturales y sociales, el pasado histórico y que permita una vida digna, justa y creativa, que tenga armonía hombre/naturaleza. Queremos un pueblo donde los niños, niñas, jóvenes y adultos mayores tengan una vida digna con libertad, paz y amor.
Hoy en día en el contexto de la comunicación planetaria, existe el riesgo de una estandarización de la cultura, sin embargo, para existir, cada persona necesita dar testimonio de su vida diaria, expresar su capacidad creativa y preservar los trazos de su historia. Todo esto se logra a través del patrimonio cultural pues la importancia de éste, deriva fundamentalmente en contribuir a la formación y mantenimiento de la diversidad e identidad de un pueblo
El término patrimonio cultural es más fácil de asimilar toda vez que la idea de patrimonio la entendemos como lo que nos pertenece, teniendo claro esto, el pueblo siente la necesidad de proteger sus bienes culturales como un recurso para afianzar su identidad, es decir el pueblo debe apropiarse de su patrimonio, por eso, la verdadera conservación del patrimonio cultural se produce cuando los sigseños que conforman el pueblo, se acercan a él.
Hoy necesitamos que este espacio emblemático siga vivo y activo, respondiendo a los retos del nuevo siglo, pero también es necesario corregir lo abusos y maltratos al que lo hemos sometido. Es indispensable que el gobierno local defina un modelo único de ciudad, un proyecto de futuro, donde la cultura, el turismo y el patrimonio cultural estén integrados como parte fundamental, y por ende tener una política cultural propia donde se integren todos los sectores culturales. Estamos orgullosos del patrimonio que hemos heredado y sabemos que somos capaces de mantenerlo, restaurarlo y conservarlo. Recuperar los valores tangibles e intangibles de nuestro cantón, es un deber y obligación no solo del gobierno local, sino de un proceso colectivo de construcción ciudadana.
Solo a partir del reconocimiento de lo que fuimos, podremos apoyar un futuro que identifique a Sígsig con su paisaje cultural, su historia y su gente. Es importante considerar que el patrimonio no está sólo constituido por aquellos objetos del pasado que cuentan con un reconocimiento oficial, sino por todo aquello que nos remite a nuestra identidad. Debemos tener presente, además, que mucho de lo que ahora se crea y produce enriquecerá nuestro patrimonio en el futuro, por lo tanto, debemos prestar especial atención a la calidad y sentido de lo contemporáneo.
La búsqueda de la identidad a partir de nuestra propia herencia histórico-cultural nos ayudará a tener una autentica conciencia de lo que somos y a convivir mejor dentro y fuera de nuestro pueblo. Velar para que se respete, conserve y restaure es deber y compromiso de todos.
Recordemos que: los bienes patrimoniales valen por lo que son en sí mismo, y por la información asociada a ellos, cualquier bien del pasado pierde gran parte de su valor si desconocemos de donde procede, cuando fue realizado, o no sabemos que puede significar. Evocar nuestro patrimonio cultural tanto material como inmaterial puede ayudarnos a crear un sentido de lugar.
Si perdemos el legado cultural, es decir nuestra memoria colectiva, no solo perdemos nuestra identidad como cantón, sino que también perdemos nuestro futuro.
Los habitantes tenemos derecho al disfrute y mejoramiento del centro histórico, sitios arqueológicos, zonas naturales, etc. Queremos un cantón diferente que respete las identidades culturales y sociales, el pasado histórico y que permita una vida digna, justa y creativa, que tenga armonía hombre/naturaleza. Queremos un pueblo donde los niños, niñas, jóvenes y adultos mayores tengan una vida digna con libertad, paz y amor.